Veía pasar a María,
y en su alma las espinas.
En su cara el color,
en su fondo el dolor
escondido en las esquinas.
esclava de su propio infierno,
sin llegar a comprender que es mentira,
que no la quiere el que maltrata y castiga.
quizás las alas de la huida,
o en el peor de los casos las rosas,
rosas sangrando de vida.
de camino a la vida que él le
daba día a día.
Su ropa llena de rosas,daba día a día.
y en su alma las espinas.
En su cara el color,
en su fondo el dolor
escondido en las esquinas.
Sintiendo el amor aun dentro,
y en verdad es solo instrumento,
es la justificación para el perdón.
La dueña de un reino,y en verdad es solo instrumento,
es la justificación para el perdón.
esclava de su propio infierno,
sin llegar a comprender que es mentira,
que no la quiere el que maltrata y castiga.
El miedo se acostara en su cama,
otra vez volverá a despertar el perdón vestido del que dirán
y así
día a día sé ira muriendo la dama,
y quedaran los golpes que nunca se irán.
Un día llegaran las alas,otra vez volverá a despertar el perdón vestido del que dirán
y así
día a día sé ira muriendo la dama,
y quedaran los golpes que nunca se irán.
quizás las alas de la huida,
o en el peor de los casos las rosas,
rosas sangrando de vida.
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